Es tiempo de debate, es tiempo de afrontar la lucha de clases en el terreno de las ideas; es tiempo de recordar los grandes éxitos que supuso para el proletariado mundial y el resto de las capas populares, el triunfo de la Revolución de Octubre, que, después de superar la intervención militar de las potencias capitalistas, logró consumar su victoria ¡con la proclamación el 22 de diciembre de 1922 de la UNIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS SOVIÉTICAS!

La Editorial Unidad y Lucha se ha prestado para coordinar con otros partidos comunistas la publicación de un libro de carácter colectivo, y de manera soberana, nos encontramos con cinco contribuciones que ha conformado un cuerpo de análisis y de intercambio de valoraciones políticas acerca de este sublime aniversario.

Carolus Wimmer nos abre con un prólogo los artículos que firman el Partido Comunista Alemán (DKP) que, a través de su presidente Patrick Köbele, subtitula su artículo “Fundación y destrucción de la URSS, lucha de clases y lucha por la liberación nacional; por las clases y naciones prohibidas”; el Partido Comunista de la República Popular de Donetsk nos brinda su artículo de Stanislav Retinsky en torno a “La derrota del Socialismo en la URSS y el Partido como portador de la conciencia de clase”; prosigue el Partido Comunista (Italia) a través de su Secretario General Alberto Lombardo con su reflexión “Por el Centenario de la URSS”; es constante el Partido Comunista de Venezuela (PCV) en estas colaboraciones colectivas que en lo que se refiere a la presente, lo hace con Carolus Wimmer, miembro del Comité Central del PCV cuyo artículo se centra en “A cien años de la creación de la URSS, principales logros”; finalmente, el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) diserta a través del profesor universitario y militante del PCPE Gerhard Brückner sobre “Por qué conmemorar la fundación de la URSS”.

 

En enero de 1984, tras años de trabajo y esfuerzo de diferentes grupos por la Unidad Comunista, nacía el PCPE, un partido que rompía definitivamente con el Eurocomunismo y que se acogía al método leninista como forma de organización.

Nos llamaron “prosoviéticos” porque nunca renunciamos a las enseñanzas de la Revolución de Octubre y valoramos de forma firme y decidida el papel de la URSS y de todos los países que construyeron el Socialismo.

Pronto cumpliremos 40 años y cuando miramos atrás, lo hacemos con el orgullo de ser artífices de nuestra propia historia; una historia que hemos construido, paso a paso, junto a la clase obrera. 

Han sido 40 años de organización, de lucha política, de elaboración teórica, de relación y amistad con otros partidos comunistas; pero sobre todo, han sido 40 años de cercanía y compromiso con las masas.

En nuestro recorrido, hemos tenido que afrontar situaciones complejas pero con la fortaleza ideológica del PCPE, la solidez de sus principios y la convicción de toda la militancia de la necesidad del Partido como herramienta imprescindible para guiar y orientar a la clase obrera, hemos superado obstáculos y nos hemos hecho más fuertes.

Nuestro Partido no ha sido terreno favorable para trepas, arribistas, ni para quienes buscaron privilegios y ventajas. La militancia en el PCPE exige dedicación, disciplina, trabajo intenso y una alta moral. Y esa es nuestra actitud ante la vida, una vida que voluntariamente hemos dedicado a la causa más noble y más hermosa de la humanidad: la causa del Comunismo.

Cuando en el año 2008 la burbuja inmobiliaria, es decir la especulación capitalista en el mercado de inmuebles, ya no podía aguantar más y reventó como una vieja y maloliente cañería causando destrozos por doquier, empezaron de nuevo a oírse términos políticos y económicos que por intereses de clase, decían, habían periclitado: oferta y demanda, mercado regulador, rescates, especulación capitalista, crisis cíclicas, público-privado, el rol del Estado, etc. Hubo incluso (¡qué osadía!) quien habló hasta de socialismo y revolución. En todo caso, los ánimos de los pueblos del Estado español, en particular los de su clase trabajadora, caldeaban descontroladamente. La paciencia con la que se habían soportado cuentos y engaños durante décadas indicaba sus límites. Manifestaciones, huelgas y concentraciones masivas en plazas y calles lo corroboraban claramente. El famoso Mercado, ungüento mágico del sistema de producción capitalista, no regulaba nada; el paro, la inflación y los desahucios crecían exponencialmente, y el propio Estado estaba casi en la bancarrota. Había que actuar rápidamente, pensaron sin duda la oligarquía hispana y las instituciones capitalistas europeas. Y entonces, aupado por los complacientes medios de comunicación burgueses, surgió el invento PODEMOS, del inefable Pablo Iglesias Turrión. Una organización política que debía ser todo lo “izquierdista” que el sistema capitalista español le permitiera, y que canalizara el descontento popular lejos de toda veleidad revolucionaria. Estrategia ganadora. Al menos hasta la salida de este singular personaje del Gobierno PSOE-UP el 15 de marzo de 2021. Eso sí, proponiendo antes a Yolanda Díaz como vicepresidenta segunda del gobierno y como futura candidata en los comicios electorales.

Casi un mes después de las elecciones generales del pasado 23 de julio, escribimos este artículo para la Fiesta de Avante sin saber aún si se formará gobierno en las próximas semanas, o habrá nuevas votaciones en el mes de diciembre. 

Una situación compleja que evidencia las dificultades que aún tiene la oligarquía para recomponer la aritmética del bloque de poder, pero que más allá de este hecho, sin duda trascendental, determinado por la incapacidad de normalizar la realidad institucional de los partidos burgueses catalanes, pone en la cuerda floja la estabilidad y la solidez del próximo gobierno. 

Un hecho que condiciona el desarrollo de la agenda de recortes sociales y medidas antiobreras que necesariamente tendrá que desarrollar el nuevo ejecutivo. En un contexto determinado en lo esencial por el carácter estructural de la crisis general del capitalismo, un escenario marcado por la elevadísima deuda pública, subida de los tipos de interés, carestía de la vida, burbuja inmobiliaria y la devolución de los Fondos de Recuperación de la UE, solo tiene un claro pagador/perdedor en la lógica dialéctica de la lucha de clases: el pueblo trabajador. 

El gran capital y los monopolios se han repartido el dinero que pagaremos el resto

Más recortes y privatizaciones en sanidad y educación, precariedad laboral, pérdida de poder adquisitivo de los salarios, progresivo desmantelamiento del Sistema Público de Pensiones... es la lista de tareas dictadas por la Comisión Europea al nuevo gestor político del capitalismo español.

Un mandato que se complementa con el compromiso con la OTAN, la guerra contra Rusia en Ucrania y un permanente incremento del gasto militar que, como ejemplo de lo que afirmamos, en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 elaborados por el gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, alcanzó la cifra récord de 48.800 millones de €.

 

El 3 de febrero de 2021, el diputado del PP, Alberto Casero “erraba” en el proceso de votación de la Reforma Laboral y se aprobaba en España una nueva normativa para regular el trabajo por cuenta ajena. Se convalidaba uno de los condicionantes que permitían recibir los fondos de recuperación europeos, consiguiendo así, la homologación de Bruselas.

Ante la posibilidad de formar gobierno, Alberto Núñez Feijoo anunció que no modificaría esta reforma a pesar de la bronca que causó, por su contenido y por su proceso de aprobación. La calificó de ser “sustancialmente buena”. La duda que podíamos tener sobre la intención de voto de Casero, se desvaneció, confirmando lo que ya sospechábamos: todo el proceso de debate y votación de la No-Reforma (avalada por sindicatos y patronal), fue fruto de la tragicomedia que se escenifica, día tras día, en la política institucional española.

Esta cuestión pone de manifiesto una vez más que los debates políticos son solo postureo, escenificaciones centradas en descalificaciones personales, consignas sin contenido, pero emotivamente ideologizadas y sin propuestas materiales de calado. Obvio, los centros de poder y toma de decisiones hace tiempo que se desplazaron de Madrid a Bruselas. Algo similar le ocurre al resto de territorios sometidos a los dictados de la UE. 

Durante 2022, el Congreso de los Diputados y el Senado de España aprobaron un total de 73 leyes. De ellas, 42 regulan aspectos que obedecen al mandato directo de la Unión Europea. Esto supone que el 57 % de nuestra nueva legislación se está aplicando careciendo del poder de decisión de “nuestros representantes políticos”. Todas ellas, en áreas tan importantes como la formación profesional, la política agraria, las hipotecas, la política de igualdad, medio ambiente, salud, energía, fiscalidad, ...

 

Desde la derrota temporal de la URSS y el campo socialista europeo, cuando se proclamó el fin de la historia por parte de los adalides del neoliberalismo, la hegemonía del imperialismo de EEUU y la entidad sionista de Israel en todo el planeta ha sido incontestable.

Una larga serie de intervenciones militares, bombardeo con drones, ocupación y anexión de tierras, sanciones y bloqueos unilaterales, golpes de estado, robo de recursos naturales y depósitos de bienes a terceros países (petróleo, oro,...), asesinatos de dirigentes políticos, dominación absoluta de su propaganda mediática, hackeo de sistemas informáticos, golpes blandos e impeachments, y todo tipo de guerras multidimensionales, al servicio de la acumulación privada de la ganancia de los grandes monopolios internacionales y la dominación del denominado Occidente Colectivo, el bloque imperialista occidental (EEUU, Israel, UE y sus socios internacionales).

Han bastado únicamente 20 años para que la crisis general capitalista, debido a su carácter estructural, evidencie el agotamiento de este orden capitalista internacional. Agotamiento que supuso el desplazamiento de EEUU por parte de China como primera potencia mundial comercial hace algunos años ya. Y que hoy podemos ver reflejado tras los importantísimos cambios geopolíticos que se están dando en África, con las movilizaciones contra el poder del neocolonialismo occidental, así como con los recientes acercamientos entre países de Asia occidental, anteriormente enfrentados.

El PCPE  está presente en la edición 2023 de la Fiesta Avante. 

Junto con la delegación política encabezada por el Secretario General del Partido, Julio Díaz, se realizarán tareas de difusión en el stand internacional de la fiesta. Para esta ocasión, además de los libros de la editorial Unidad y Lucha, como es habitual desde años anteriores, contaremos con una edición en portugués del periódico y con la presencia del director de Unidad y Lucha, Fran Valverde. 

Reproducimos en las entradas siguientes la versión castellana de los contenidos que desde hoy mismo están siendo difundidos a nivel internacional en Avante. 

Redacción UyL


 

 

 

Una de las caras de ese nuevo fascismo es el movimiento Tradwive, «amas de casa de nuestra generación que están felices de someterse, cuidar su hogar y malcriar a su esposo como si fuera 1959»

Banalizar el fascismo, normalizarlo, aceptar su presencia entre nosotros, en el trabajo, en la escuela, en las calles, sentarse en su mesa y escuchar sus discursos de odio, como si no hubiese existido la historia, con su larga lista de atrocidades, desde los campos de exterminio nazis a los vuelos de la muerte argentinos, desde la masacre de Badajoz o la Desbandá, a la matanza de Babi Yar, es el mejor caldo de cultivo para que el fascismo, el de uniforme con esvástica, con el yugo y las flechas o con traje de Adolfo Domínguez, vuelva a ocupar un lugar prominente en nuestra sociedad, desde donde imponer su doctrina totalitaria, xenofoba, patriarcal y profundamente capitalista.

Esta normalización del fascismo, que ha hecho salir del armario de la derecha a legiones de fachas de todo pelaje y condición en todo el planeta, pero muy especialmente en ese territorio OTAN, que ahora está en guerra contra los bárbaros, en una nueva cruzada -la anterior fue contra el infiel, a lo largo de todo el mundo árabe-, y que ya forma parte del gobierno de varios países europeos, está también hacer reflexionar a muchos creadores sobre la necesidad de alertar sobre ese virus que ya está aquí.

Una de las caras de ese nuevo fascismo es el movimiento Tradwive, «amas de casa de nuestra generación que están felices de someterse, cuidar su hogar y malcriar a su esposo como si fuera 1959», como lo define Alena Kate Pettitt, una de sus rostros más conocidos. Este movimiento inspiró a la realizadora Beth de Araújo para realizar su primer largometraje: «Lo que más me ha sorprendió es lo organizadas que están. Tenemos la idea preconcebida de que los supremacistas son paletos fanáticos, pero están organizados y tienen mucho dinero. Esas mujeres son fundamentales para la extrema derecha, y son mujeres muy educadas, con mucho dinero, apoyo y recursos que tienen decenas de miles de seguidores».

En el sistema capitalista las condiciones de vida de la clase trabajadora se encuentran sometidas a un constante proceso de depauperación. Pese a que, en determinados momentos históricos, se puedan dar situaciones de mejora momentánea de sus condiciones, bajo el capitalismo de manera paulatina a los trabajadores y trabajadoras se les hace cada vez más difícil conseguir los bienes necesarios para su subsistencia. Uno de estos bienes fundamentales es la vivienda y, al igual que el resto de productos del trabajo humano que aseguran la reproducción de la especie, en el sistema capitalista su consecución por parte de la clase trabajadora se hace de manera progresiva cada vez más complicada.

Como todas las necesidades que ha de satisfacer el ser humano para asegurar su existencia, la satisfacción de la necesidad de la vivienda se encuentra en estrecha relación con el nivel de desarrollo técnico. Desde los inicios de su existencia sobre la tierra, el ser humano ha tenido la necesidad de asegurarse un lugar donde vivir. Inicialmente lo hacia de la manera más sencilla, y conforme el desarrollo científico y técnico lo hizo posible, fué satisfaciendo está necesidad de manera más sofisticada. De la misma manera que la satisfacción de las diversas necesidades humanas depende del nivel de desarrollo técnico, lo que es vivido como necesidad también varía históricamente en función de este desarrollo técnico que permite producir lo necesario para satisfacer las necesidades humanas. Lo que en un determinado estadio de desarrollo técnico no es vivido como una necesidad, con el desarrollo de la técnica y, por lo tanto, de la capacidad productiva de la sociedad humana, puede pasar a ser vivido como una necesidad básica.

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