El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado una serie de medidas, expresadas en la Ley 20/2022, que recoge una serie de acciones en materia económica y laboral con el fin de frenar el impacto de la inflación sobre la “ciudadanía”. El  plan anticrisis del Gobierno amplía así el denominado escudo social puesto en marcha en los últimos meses. Estas medidas se explican en función, primero, de la coyuntura económica de profunda crisis en que están inmersos los países capitalistas europeos, producto del creciente proceso inflacionista de las economías de la UE y de las consecuencias de la guerra en Ucrania. Frente a este panorama que repercute principalmente sobre las condiciones de vida de la clase obrera europea, la socialdemocracia en el gobierno responde de la única manera que su papel político de gestor de los intereses de la burguesía le permite: medidas paliativas de una profunda crisis estructural que no son el camino para la solución de estos graves problemas sociales. A esto hay que unirle el contexto electoral con que se inaugura este nuevo año en las que estas tímidas y tenues medidas sociales pueden ser vendidas como progresistas en el mercado de votos.

Estas acciones pueden sintetizarse en: reducción del IVA en productos alimenticios: a partir del 1 de enero y hasta el 30 de junio de 2023, se aplicará el 5 % de IVA a los aceites de oliva y de semillas, y a las pastas alimenticias. También, hasta el 30 de junio, quedan exentos de IVA algunos alimentos considerados básicos, como el pan, verduras, leche, quesos, harinas panificables, etc. Ayudas directas a familias: se crea un cheque de 200 euros para personas que ingresen menos de 27.000 € anuales y con un patrimonio inferior a 75.000 €, a 31 de diciembre de 2022.

905 periódicos distribuidos, de los cuales 668 vendidos, es decir, más de 82 ejemplares de Unidad y Lucha difundidos al mes en Baza y comarca, en la provincia de Granada. A ellos hay que añadir igualmente la venta de libros, cuadernos de formación ideológica y numerosos y diversos materiales del Partido. Es el balance más que positivo con el que ha concluido el trabajo militante del Partido en esas tierras granadinas en 2022, y del que manifiestan sentirse enormemente orgullosos. Y ello aunque no se haya alcanzado la meta fijada de distribuir 1.100 ejemplares en el año. Por dos razones, explican desde Baza: por la confianza que les genera la venta regular de los periódicos y de otros materiales y por la notable aceptación que entre la población bastetana va teniendo nuestra prensa comunista.

Ante estos resultados alentadores, y con el fin progresar aún más en la difusión y venta del Órgano del Comité Central del PCPE, los camaradas proponen, y así lo han hecho saber en las instancias correspondientes del Partido, la creación de una Comisión que coordine este tema con los responsables de distribuir el periódico en los diferentes territorios del Estado. Así mismo, estiman que hay que prestar mucha atención a la renovación de las suscripciones a Unidad y Lucha, anunciando el término de las mismas para que el suscriptor o suscriptora renueve y no se pierda. Añadiendo finalmente que estas aportaciones las hacen conscientes de la manifiesta evolución cualitativa, tanto en la forma como en los contenidos, de nuestra prensa revolucionaria. 

Redacción UyL

Por desgracia, a Un extraño enemigo le sobran los tres últimos capítulos. Las exigencias de extensión de las series y de su desarme político, supongo, obligaban. Es obvio que la reducción de los espacios de la política a las distintas trayectorias de la ambición de un protagonista sin moral -lo que he llamado ya varias veces aquí el héroe randiano- es un<a desarme político. Aquí se representa por un personaje histórico real escondido, supongo que por miedo a las demandas, en un nombre parecido. Ni la política es House of cards ni la existencia, incluso si fuera generalizada, de este tipo de personajes en las dinámicas políticas reales cambiaría que, finalmente, lo importante es qué se hace allí. El resto de la serie es desde cualquier punto de vista imprescindible.

Si seguimos del final hacia el principio. Los tres primeros episodios de la segunda temporada narran, desde la perspectiva de los ejecutores de la guerra sucia, las cloacas que tanto se proclaman ahora, el hostigamiento y combate contra la guerrilla urbana Liga Comunista 23 de Septiembre. La serie disecciona desde la utilización de las torturas por parte del Estado, hasta cómo en las altas esferas del poder analizan la posibilidad o la imposibilidad de que la guerrilla urbana y la guerrilla campesina puedan articular una estrategia común. En un momento magnífico de la serie, el protagonista, que no es otro que el cerebro de los crímenes de Estado, afirma que ambas guerrillas no entrarán en contacto debido a que la guerrilla urbana está formada por intelectuales que han leído mucho a Marx y Engels, mientras que la guerrilla campesina lucha porque no tiene nada que comer. Más allá, o acá, de la corrección o incorrección de la tesis o de que tuviera validez meramente coyuntural, su misma formulación señala ya un problema, creo, bastante serio.

Los guerrilleros universitarios provienen de la represión del movimiento estudiantil en el llamado 68 mexicano. Y este es el tema de la primera temporada de Un extraño enemigo. Si la segunda temporada, quizá por la menor trascendencia histórica del periodo, abarca todo un sexenio presidencial, la primera temporada solo trata, con bastante profundidad, la revuelta de los estudiantes universitarios que terminó con la masacre de Tlatelolco. La serie se detiene en contraponer los movimientos del Estado y de los estudiantes los meses previos a que un grupo de paramilitares, al servicio del Estado, disparara contra la multitud en un mitin estudiantil.

¡Urgente! ¡Transición energética YA!

El desesperado grito está en las gargantas de los destructores del nicho ecológico imprescindible para la vida humana. Se nos han vuelto ecologistas estos depredadores …

Pero ese grito encuentra también un amplio eco en idealistas de todo tipo, que creen que los grandes monopolios son los que van a salvar el planeta de la debacle climática. Así, organizaciones ecologistas del más variado tipo, se suman a las campañas de quienes se mueven por intereses muy diferentes, pero que han encontrado en el ambientalismo un compañero de viaje para dar legitimidad social a su nuevo proyecto de acumulación de capitales.

Se puede afirmar que las crisis económicas del capitalismo, en el último medio siglo, han tenido como factor importante una matriz energética. Y ahora ese factor tiene mayor incidencia como consecuencia del agotamiento de las energías fósiles; las que han sido fundamentales para el modelo de acumulación capitalista hasta hoy.

La lógica de esa base energética es la que ha destruido amplios ecosistemas (tierra, aire y agua), y desatado guerras a lo largo y ancho de todo el planeta. Citemos como ejemplos el río Níger, el último derrame de REPSOL en Perú, las guerras de Irak, Siria, …

El capitalismo necesita cambiar, con urgencia, la matriz energética de su proceso de acumulación ante ese agotamiento de suministros.

Y aquí tenemos  la engolada socialdemocracia de Pedro Sánchez, en alianza con UP, como la más eficaz gestora de las urgentes medidas que necesitan los monopolios. Promotores de un nuevo ciclo de acumulación, que no hará más que profundizar la grave crisis climática que Fidel nos describió ya en la Cumbre de Río en 1992.

Hemos de reconocer que el capitalismo ha tenido la virtud de revolucionar las fuerzas productivas como nunca en la historia había ocurrido. Y nada más. Aquí no cabe aquel gag de la película “La Vida de Brian” de ¿Qué han hecho los romanos por nosotros?

 

Hoy es más obvio que nunca que el desarrollo de esas mismas fuerzas productivas, cada vez más socializadas, está hipotecado por las relaciones de producción capitalistas, que aseguran la apropiación de la riqueza en menos manos que ayer.

La reproducción a escala ampliada toca a muerto si atendemos los indicadores económicos actuales y sobre todo el expolio que el capitalismo ha venido haciendo de los recursos naturales para conseguir el crecimiento económico. La producción de combustibles fósiles como el petróleo convencional alcanzó su cenit a nivel mundial en el 2007 y desde ahí en adelante el mundo ha sobrellevado su escasez como ha podido, principalmente a través del fracking, el gas de esquisto y las arenas bituminosas.  La escasez de otras materias que son necesarias para mantener la producción tecnológica: litio, neodimio, cobre, cobalto, uranio, etc., también se encuentran en lo que Richard Heinberg1 denominó “Peak Everything”: el cenit de todo.

La geopolítica actual con su aroma a “Guerra Total” como la define Andrés Piqueras2, es fiel reflejo de la descomposición del capitalismo.

La empresa siempre ha producido para el beneficio, para el lucro; y para conseguirlo el capitalismo a lo largo de su historia sometió a pueblos, explotó a la humanidad y despojó la naturaleza, aumentando gradualmente su nivel de violencia.

Según la FAO, a nivel mundial, se desperdician o pierden alrededor de un tercio de los alimentos que se producen, mientras que el número de personas que sufren hambre aumentó hasta alcanzar los 828 millones en 2021, según UNICEF.

Para nada nos referimos a la realidad informativa china.  Hablamos de España, del lugar donde escuchamos la radio y leemos la prensa y,  donde cualquier mente crítica, no debería tardar ni un minuto en darse cuenta que todo lo que nos dicen es pura propaganda con un profundo tufo anticomunista.

Hace unas semanas era la denuncia de la insoportable situación que padecía la población, por la llamada política de Covid 0 desarrollada por las autoridades chinas.  Represión, control social, paralización de la producción, interrupción de la cadena de suministro...eran términos que repetían a toda hora, pero ni una palabra de los millones de vidas salvadas por una decisión que, por encima de cualquier otra consideración, anteponía el cuidado de las personas y la defensa de la vida como valor absolutamente prioritario.

Ahora, tras la modificación por el gobierno chino de las pautas sociales para enfrentar la pandemia,  hay un cierto repunte de casos de Covid19 y todo es alarmar sobre la situación en China.  En portadas de diarios y en las cabeceras de todos los noticieros, volvemos a oír hablar machaconamente de "virus chino" y del riesgo para la salud pública mundial de la situación de "emergencia sanitaria" que vive China.

El próximo 10 de Enero a las 10.30 h cuatro compañeros de la solidaridad con Cuba (entre ellos el camarada del PCPC Sisco) habrán de comparecer ante la citación emitida por el juzgado de Instrucción nº 2 de Barcelona (Ciudad de la (in) Justicia) ante una imputación por delito de lesiones. El agresor real, que es denunciante -falsamente agredido - Ariel M.P de nacionalidad argentina, forma parte de la Alianza Iberoamericana Europea contra el Comunismo (AIECC).  Elemento lumpen, de mente perturbada y con antecedentes penales por robo con fuerza, que es utilizado habitualmente por la gusanera cubana radicada en Barcelona para este tipo de tramas y farsas.  Haciéndose real y judicial “el mundo al revés” los hechos nos llevan a que los agresores aparezcan como perjudicados y, los agredidos resulten acusados.

Desde el Partit Comunista del Poble de Catalunya ya se hizo una denuncia pública del ataque fascista que perpetró esta organización en la fiesta " Siempre es 26 " de Defensem Cuba el 23 de Julio del 2022 en la plaza de las Trabajadoras y Trabajadores Harry Walker de Barcelona.  La AIECC está formada principalmente por “apátridas de origen cubano y apoyado por VOX, Ciudadanos y el Partido Popular”. Sayde Chaling-Chong García, ex-miembro de VOX, es el presidente de esta organización y a la vez se postula para encabezar la candidatura " Alianza Condal por la Libertad " de cara a les elecciones municipales de 2023. Este personaje que dice ser y llamarse músico, fue condenado por violencia machista el año 2021.

A veces ese miedo es físico, producto de tantos golpes de estado, invasiones, bombardeos, asesinatos selectivos, etc.

Podemos verlo a lo largo de la historia del movimiento obrero. Las actuaciones del fascio en la Italia de los años 20, o la Alemania de los 30, o la España franquista desde los años 30 hasta este siglo XXI.

Toda la violencia policial, paramilitar o militar directamente, fue contra la clase obrera y sus dirigentes. Bien claro tenía el capital que sustentaba a estos regímenes que el pueblo organizado es un peligro para sus intereses. El encarcelamiento de Gramsci, saltándose su inmunidad parlamentaria, el asesinato de Rosa Luxemburgo y Liebknecht. El atentado contra Lenin realizado por una anarquista, los asesinatos de Lumumba en el Congo, de Tomás Sankara en Burkina Faso, de Allende en Chile o los múltiples intentos de asesinatos a Fidel; muestran que esta táctica se da en todos los rincones del mundo y en todas las épocas.

Pero hay un negocio del miedo, mucho más sutil, más perverso si cabe, que ata a las personas a sus sillas, las inmoviliza y consiguen el objetivo principal: que nadie se rebele contra la religión capitalista.

En parte por una razón formal que me impide perder el tiempo viendo hablar a un busto parlante, incapaz de escribir lo que dice.

También, por una cuestión de contenido que, en medio de una profundísima crisis económica, social e institucional que impregna toda la realidad de la formación social española, me hace insoportable volver a escuchar por, enésima vez, la misma retórica en defensa del status quo que legitima la creciente explotación y opresión del pueblo trabajador.

Pero, en este caso en particular, por el desprecio absoluto que siento hacia el tipo que funge como Jefe de Estado del Reino de España y que dice llamarse Felipe VI.

Un ser cuyo único mérito para ocupar esa responsabilidad es ser hijo, nieto, bisnieto, tataranieto…de una estirpe de ladrones, asesinos y desquiciados mentales que, desde la conocida Guerra de Sucesión iniciada en 1701, son el epicentro del cruel sometimiento al que las distintas clases dominantes han condenado a los pueblos de España.

322 años de violencia en los que aristócratas, burgueses, curas y militares golpistas, bajo el amparo de una monarquía que nunca dejó de estar a su lado, para seguir manteniendo su poder corrupto, han crecido sobre el hambre, la miseria, la incultura y la muerte del pueblo.

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